Verdades como puños
Estilo: Teatro
Musical interior de ambiente precolombino en el que discurre sin prisa, pero sin pausa, al no tener más que un acto, la vida y la obra de Sigmunth Floid, hombre lleno de recursos según su paciente y narrador. Partiendo del sico y a través del análisis recrea la mente humana perfectamente afeitada, desmontando con rigor no exento de admiración por la riqueza climática de su tierra natal, la arraigada creencia de que el inconsciente se manifiesta a través de un joven adolescente casado en segundas nupcias.
Con valentía y animado por Manolete, matador de toros y curioso ante los avances que la investigación pionera pone a su alcance, y para un más completo conocimiento de las oscuras galerías y profundas simas que al desconocedor ofrece tan extenso laberinto, inicia el viaje mental que le llevará irremediablemente a la creación de una línea espiral de productos de perfumería masculina. Ennoblece con ello los ideales de su época, ingenua y dicharachera ante el azaroso porvenir que sus próceres destinan para años venideros.
El Cuerpo de Baile inicia en este punto del espectáculo una danza frenética y de intensidad variable, mostrándonos en toda su magnitud la Metodología General del Afeitado. Mientras, nuestro protagonista en estado mesmérico, desmonta los radiadores de la estancia principal, dejando que sea la Historia quien termine el trabajo.
Cuatro isobaras de distintas dimensiones persiguen a este hombre insigne hasta convertirlo once años después en un busto de mármol verde.
Se interpreta el tema principal y único En aquel viejo laúd, momento que aprovecha Luisa Fernanda, primera bailarina, para contraer matrimonio con Ernesto Hanster, periodista y critico musical que sigue de cerca los pasos de este montaje.