The Goldberg Variations, BWV 988
Estilo: Danza
Coreografía e interpretación: ANNE TERESA DE KEERSMAEKER
Piano: PAVEL KOLESNIKOV
Colaboración musical: ALAIN FRANCO
Música: JOHANN SEBASTIAN BACH
ESTRENO EN ESPAÑA
LA COREÓGRAFA Y BAILARINA QUE HA MARCADO LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Y QUE SIGUE EJERCIENDO SU MAGISTERIO EN EL XXI OCUPARÁ, POR DERECHO PROPIO, NUESTRO GRAN ESCENARIO DE LA MANO DE BACH, UNO DE SUS MÚSICOS DE CABECERA.
A punto de cumplirse 30 años de relación con Sevilla —su Mozart Concert Arias. Un moto di gioia fue una coproducción de Expo 92 para el Teatro Central— la gran coreógrafa belga vuelve a elegir Sevilla para estrenar en nuestro país su particular lectura de una de las piezas de madurez de J. S. Bach.
En 2004 la Keersmaeker ya nos regaló aquel solo inolvidable en el que, bajo el título de Once, nos bailó el álbum de 1963 Joan Baez in concert Part II. Ahora vuelve a pisar —un privilegio— nuestro escenario.
Lo sabemos… ninguna música le es ajena a una artista que no deja de ejercer su magisterio desde que en 1983 fundara, la ya mítica, compañía Rosas.
Sus sintaxis coreográficas han escrito un amplio corpus de espectáculos que se confrontan con estructuras musicales de todas las épocas, desde la música antigua a la contemporánea, pasando por el jazz —ya nos deslumbró con su propuesta bailada del A love supreme de Coltrane—, el minimalismo de Steve Reich, Schoemberg, Brian Eno, etc.
Pero desde que en 1993 estrenase Toccata, coreografía realizada a partir de las partituras y fugas de J. S. Bach, nunca ha dejado de volver al compositor barroco.
Vuelve ahora al maestro de Turingia para mantener un diálogo personal con él, tras su magistral coreografía sobre los Conciertos de Brandenburgo.
En definitiva, con esta propuesta, Anne Teresa de Keersmaeker se mantiene fiel al más decisivo de sus principios: basar sus coreografías en el estudio de partituras musicales. Con sus treintena de variaciones de todo tipo, la música de las Goldberg propone un formidable y apasionante desafío: inventar una forma bailada en permanente transformación, gravitando sin embargo alrededor de un foco inmóvil. Una forma para Anne Teresa de volver a transitar por un camino conocido, para leerlo a la luz de nuestros días y reafirmarse en su investigación coreográfica.