Shock (El Cóndor y el Puma)
Estilo: Teatro
Dramaturgia: ANDRÉS LIMA, ALBERT BORONAT (Inspirada en La doctrina del Shock de NAOMI KLEIN)
Texto: ANDRÉS LIMA, ALBERT BORONAT, JUAN CAVESTANY y JUAN MAYORGA
Dirección: ANDRÉS LIMA
Con ERNESTO ALTERIO, RAMÓN BAREA, NATALIA HERNÁNDEZ, MARÍA MORALES, PACO OCHOA y JUAN VINUESA
NOMINADO A MEJOR ESPECTÁCULO, MEJOR DIRECCIÓN, MEJOR DISEÑO DE ESPACIO ESCÉNICO Y MEJOR ACTOR PROTAGONISTA EN LA VIGÉSIMO TERCERA EDICIÓN DE LOS PREMIOS MAX.
SHOCK NOS OFRECE UNA VISIÓN TEATRAL DE LOS GOLPES DE ESTADO QUE SACUDIERON EN LOS AÑOS 60 Y 70 EL CONO SUR DE SUDAMÉRICA.
Shock (El Cóndor y el Puma) toma como punto de partida el libro La doctrina del Shock —de Naomi Klein—, en el que se relacionan las investigaciones psiquiátricas de Donald Hebb y Ewen Cameron con el ultraliberalismo que promulgaba la Escuela de Chicago, con Milton Friedman a la cabeza, cuya misión era instaurar a toda costa el capitalismo a nivel mundial. Como resultado: los golpes de Estado en Chile y Argentina.
Durante casi tres horas de espectáculo, Shock ofrece un recorrido panorámico —y a veces mucho más que eso— que avanza en todas direcciones, desde la progresiva proliferación del neoliberalismo americano en los 50, a las terribles consecuencias generadas en toda Latinoamérica en los años posteriores debido a este plan. Por el universo de Shock (El Cóndor y el Puma) respiran la caída de Salvador Allende ante el golpe de Estado de Augusto Pinochet, la muerte de Pinochet, los pactos entre Nixon y Kissinger; la Dictadura argentina de Jorge Rafael Videla, la sombra de la Plaza de Mayo; el espíritu del Mundial Argentina 78 como revulsivo para acallar a la población en un momento de máxima tensión en Argentina y el polémico encuentro entre Pinochet y Margaret Thatcher en 1999.
La puesta en escena de Andrés Lima arma un espectáculo que tiene todas sus señas de identidad, destacando su acostumbrada espectacularidad. Dispone al público alrededor del espacio —digamos a modo de plaza de toros o estadio de fútbol— y en el centro sitúa una plataforma giratoria en la que tiene lugar gran parte de la representación, al tiempo que va introduciendo diferentes elementos. Además, cuatro grandes pantallas dispuestas a ambos lados de la grada, ayudan a contextualizar espacios y acciones, muchas veces con material documental real que se superpone a la acción dramática.
En Shock (El Cóndor y el Puma) la experiencia es apabullante; desmontando y montando nuestro pasado, Lima dirige con conciencia y a conciencia hasta conseguir una obra imprescindible, de impecable resultado. Mariló C. Calvo, La Cronosfera.