Lunático
Estilo: Teatro
Diez personajes con leves problemas psicológicos y sociales, que podrían ser los de cualquiera de nosotros, se dan cita en una sesión pública para exponer de manera poética sus pequeñas patologías. Y lo hacen de manera abierta y sin prejuicios, tal y como a ellos les gustaría que los analizara el público. Lunático es un espectáculo teatral de contenido humano donde caben todos los espectadores, no solo por su mensaje poético sin artificios, sino por la prosa que lo arropa y envuelve de humor y simpatía.
Lunático es teatro en el que se utiliza la poesía de manera fresca y directa para definir al personaje y su mensaje, y la prosa, la de todos los días, para presentarlo. De este modo, se consigue un todo en el que la combinación de estilos nos lleva de la risa al silencio, del silencio al drama y del drama, de nuevo, a la risa. Vamos del actor al personaje; de la nada a la caracterización; de la calle al interior. Vamos del hola al adiós. Y todo ello, con el público como testigo de la transformación y de la historia íntima de cada uno de nuestros melancólicos, que pasan por escena a lo largo de más de una hora y media de puro teatro.
CONCEPTOS
Lunático: que padece locura, no continua, sino por intervalos.
Melancólico: que padece tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas, morales o sociales.
Poesía: Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra.
La poesía es el eje central de nuestra obra. Diez textos poéticos cobran vida a través de diez personajes, que transitan por una sesión terapéutica y mágica para dar forma a la obra.
Lunático da comienzo en la puerta del teatro con Alonso, melancólico alucinado, que habla consigo mismo e intenta localizar esos unicornios que solo parece ver él; un comienzo al más puro estilo el teatro de calle. Se trata de un Quijote moderno que, desde lo alto de una escalera, lanza mensajes críticos y positivos para el que quiera oírlo (espectador o transeúnte). Quince minutos que regalamos para todo aquel que quiera asistir, venga al teatro o se encuentre con él. Después, nuestra ayudante, Lisa, dirige al público al patio de butacas donde, a ritmo de Un Americano en París, comienza la función con un actor que no abandona el escenario desde el principio hasta el final, transformándose en directo en los diferentes melancólicos que acuden a una sesión terapéutica
pública para exponer sus problemas, haciendo de la poesía el instrumento para curar y de la prosa la herramienta para relacionarse con el mundo. Cualquiera de ellos podría ser uno de nosotros. Disfrútenlos.