Les vieux 2
Estilo: Danza
Dirección y dramaturgia Juan Dolores Caballero
Intérpretes Iván Amaya, Sergio Andolini, Fran Caballero, Raúl Heras, Belén Lario, Renata Edison y Dany Zoo
Composición musical y espacio sonoro Inmaculada Almendral
Diseños Pablo Lanuza
Iluminación Néstor García
Jefe técnico en gira Néstor García
Producción GNP
Gestión administrativa Gestora de Nuevos Proyectos Culturales
Coproducción Festival Internacional de Danza de Itálica y Teatro del Velador, Compañía en residencia artística dentro del programa Ágora de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
En una sociedad que tiende a arrinconar y olvidar a una parte importantísima de su población, la tercera edad, un espectáculo como Les vieux es, al margen de sus valores artísticos, una declaración de principios necesaria. La compañía sevillana Teatro del Velador regresa al terreno fronterizo que separa la danza del teatro en un homenaje a la diversidad de los ancianos, un segmento al que a menudo se toma por personas sin capacidad de decisión, casi niños a los que manejar, olvidando que esos cuerpos ajados esconden historias, emociones y personalidades variadas.
En Les Vieux, Juan Dolores Caballero firma una dramaturgia que se adentra en un manicomio. Siete bailarines habitan ese universo tan querido por la compañía y el director sevillanos, un mundo de personajes marginales, a veces grotescos, criaturas con estigmas que nos recuerdan que tras las máscaras de la sociedad se esconden a menudo el dolor y la soledad. Fundada en 1990, Teatro del Velador ha mantenido una coherencia artística a lo largo de tres décadas con montajes que explotan el lenguaje que han bautizado como “teatro bruto” como Las Gracias Mohosas, Las aves, La noche o La cárcel de Sevilla.
Nos adentramos en un laberinto, en un bosque en el que conviven los “Vieux”, seres de la realidad, con otros de la fantasía que surgen de forma inesperada, apareciendo la verdad en un efímero instante; esto provocará la liberación de las trabas cotidianas, permitiendo que afloren la pasión total y el amor e intentando desterrar con una nota de alegría el posible dolor de una vida. Juan Dolores Caballero