El color de agosto
Estilo: Teatro
Hay algo hermoso, poético y conmovedor cuando uno ama más que el otro y el otro es indiferente. Anton Chejov.
Un teatro, dos amigas y un suceso: su reencuentro. El triunfo y el fracaso como motor de esta historia marcado por los miedos de nuestras protagonistas y sus consecuencias. Somos lo que vivimos y lo que vivimos compone nuestra historia. Con sus pequeñas historias.
María y Laura son dos amigas que se reencuentran después de seis años sin verse. Todo comienza cuando María, pintora de éxito, contrata como modelo a Laura con un nombre falso para darle una sorpresa. El color de agosto nos invita a acompañar a ambas amigas en este viaje que tiene lugar una calurosa tarde de agosto. El juego de poder está presente en toda la obra. Laura y María son dos polos opuestos unidas por algo en común; ninguna es capaz de desprenderse de su pasado.
“El color de agosto” es la vida que toma forma de acción y palabra. “El color de agosto” es emoción. Es un viaje a aquel momento exacto en el que ambas se perdieron. Un viaje por sus recuerdos y todo lo que los compuso. El amor, las relaciones de dependencia emocional y la incapacidad de comunicarnos como telón de fondo de la historia que han venido a contarnos.
Dicen que es imposible olvidar aquello que se ha amado, que da igual el tiempo que pase, si se ha amado se queda contigo para siempre.