El Bosque
Estilo: Danza
Dirección y coreografía: MARIO BERMÚDEZ
Música original: JOSÉ PABLO POLO
EL ÚLTIMO TRABAJO DE MARCAT DANCE CONTINÚA PROFUNDIZANDO EN LA LA LINEA DE INVESTIGACIÓN, ENTRENAMIENTO Y CREACIÓN QUE HA CONVERTIDO A ESTA COMPAÑÍA EN REFERENCIAL DE LA DANZA CONTEMPORÁNEA EN ESPAÑA.
El bosque, su realidad, no sirve sólo como estímulo para el movimiento, sino también para el diseño de iluminación, de vestuario y por supuesto para la composición musical. Todos los elementos están íntimamente relacionados bajo este concepto para introducir al espectador en un viaje sensorial, un viaje que le permita perderse dentro de él.
Como expresa José Pablo Polo, compositor musical e intérprete: Probablemente escuchar sea, de entre todas nuestras facultades, la más traidora. Mientras el conjunto de cosas que podemos ver y tocar se nos presentan como una certeza, o como algo presente sobre lo que configuramos nuestra realidad, el sonido es algo efímero, transitorio, un recuerdo de algo lejano. Adentrarse en un bosque es enfrentarse a esta incertidumbre, dialogar con una serie de sonidos que nos perturban debido al desconocimiento del origen de su fuente emisora. Esta inmersión hacia lo desconocido es el punto de partida de la composición musical para El Bosque: una orquestación en tiempo real de un paisaje sonoro de naturaleza eléctrica, casi bioluminiscente, que conduce al espectador por senderos que palpitan, laberintos que resuenan con el peso de la gravedad de un sueño profundo del que no podemos despertar.
Tras su estreno en abril 2022 en el marco del Festival Marbella Todo Danza, Omar Khan director de la revista SusyQ afirmaba que en El Bosque el coreógrafo desafió cualquier expectativa e idea preconcebida que trajera el público, construyendo sobre el linóleo blanco de un escenario completamente vacío y apenas habitado por tres bailarines, toda una selva intrincada, sosegada a veces y tormentosa a ratos, que demostró y reafirmó las capacidades de la danza para disparar la imaginación si le das los estímulos adecuados, haciéndonos ver lo que, en realidad, no está. Este bosque de Marcat lo sientes intensamente. Tanto, que terminas creyendo que lo ves.