Escena en Sevilla

NO ES UN CONCIERTO, NO ES UN MUSICAL, NO ES UNA OBRA DE TEATRO.
ES UN POCO DE TODO AL MISMO TIEMPO
Es un viaje a través de la música y de la historia de Chavela. Luces, plantas, flores, botellas, arena y otros símbolos aparecen y desaparecen en un viaje por los distintos escenarios de su vida: el amor, la amistad, la fiesta, la soledad, su adoración por Lorca y Frida Kahlo, su querida casa a los pies del Monte Chalchi.

Tres actrices ponen voz y cuerpo a la historia de Chavela Vargas. Tres músicos nos hacen vibrar en cuerpo y alma a través de canciones como La macorina, Adoro, Soledad, La llorona.
Un piano, una guitarra, un cajón flamenco. Tres voces. Tres cuerpos. Una historia: la historia de Chavela Vargas.
Es la historia de una mujer apasionante, Chavela Vargas.
Una mujer que amó la libertad, que cantó como le salió del alma y que se atrevió a mostrarse tal y como era, sin artificios.
Su historia se cruza con la de Lorena Jiménez “La Niña Lunares”. Lorena nació un 17 de abril, igual que Chavela, muchos años después ambas vidas se entrelazan para descubrir que no hay tantas diferencias. Las canciones alimentan el alma de las dos y sobreviven a un mundo raro.
A MÍ ME HA PASADO, DE ADOLESCENTE ME MIRABAN. 

MI ABUELA LE DECÍA A MI MADRE:
¿TÚ NO QUERÍAS UN MACHITO?
PUES AQUÍ LO TIENES.
Chavela vivió intensamente. De eso es de lo que habla esta pieza, de la vida. De
sobrevivir cuando te desprecian, de amar hasta el amanecer, de cantar las penas, de disfrutar con los amigos y amigas, de las flores, de la pasión, de amar la poesía, de mirar las estrellas, de las simples cosas.
Chavela nos enseña que hay que vivir con la verdad en la mano.
Hace 10 años murió, pero su voz sigue viva de tanto vivir, sigue sonando para hacernos mujeres más fuertes y más libres.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida,
Y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas.
Por eso, muchacha, no partas ahora soñando el regreso.
Que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.

Chavela Vargas, nacida el 17 de abril de 1919 en San Joaquín de Flores, Costa Rica, se convirtió, tras
mudarse a México, en una de las más célebres artistas hispanohablantes de la historia.
Comenzó a cantar a los catorce años. Partió a los diecisiete años sola y se identificó con el México de los años 50; huyendo de los rumores de un pueblo que no entendía que una mujer usara pantalones y de un país que no supo valorar su talento.
Creemos en la necesidad de reivindicar más personajes de mujeres transgresoras, rompedoras con todo lo establecido. Por eso, queremos enseñar la leyenda de Chavela, no solo para poder mostrar su prolífica obra musical, sino para recordar la valentía de una de las figuras más importantes de la historia de la música.