Escena en Sevilla

A la venta a partir del 20 de Septiembre a las 11:00

"Un viento fresco que sopla contra el imperio".

En muchos sentidos, estas ocho palabras contienen el ethos de Donny McCaslin. Sus múltiples aventuras como saxo tenor han acogido y a veces repudiado las nociones más contemporáneas del jazz. Y es más, a menudo esto ha sucedido de forma simultanea, pero siempre albergando una profunda comprensión de lo que hubo antes de, y de lo que aún está por venir.

El amplio y merecido reconocimiento recibido por su trabajo como líder del grupo que abanderó el LP Blackstar, canto de cisne del inmortal David Bowie, se antecede por un largo viaje plagado de hitos como jazzista. Todas estas marcas se caracterizan por un mismo empeño: el de romper límites, especialmente los de origen mental.

McCaslin comenzó a tocar el saxo en Santa Cruz, California. Siendo adolescente tocaba junto a su padre, vibrafonista. Su intrepidez y audacia le llevaron desde muy joven a administrar numerosos logros. Por mencionar algunos: una beca en el Berklee College of Music, participar durante varios años en el quinteto de Gary Burton y otros tantos en el de Steps Ahead, trabajar con figuras y agrupaciones magistrales como las de Maria Schneider, Danilo Pérez, The Gil Evans Orchestra o Elvis Costello.

El concierto junto a Bowie fue una inmensa oportunidad, en la que medió la gran Schneider, inagotable mecenas para grandes talentos a quien tuvimos la oportunidad de disfrutar en la pasada edición del Ciclo de Jazz en Noviembre en el Teatro Central. Este encuentro terminó de encender la mecha y culminó las aspiraciones de McCaslin, propiamente genuinas: hacer rodar su música hacia insólitas y palpitantes direcciones, abriendo caminos inéditos en lo que se ha hecho llamar jazz fusión. Para McCaslin, esta vocación se tradujo en la hibridación de jazz y art rock, lenguaje que es evidente en sus dos álbumes más recientes.

Primero llegó Blow (2018), disco de guitarras eléctricas abrasadoras, electrónica variada, numerosos efectos de estudio y letras provocadoras. Vino seguido de I Want More, un regreso a la música instrumental, álbum producido y mezclado por Dave Fridmann (Flaming Lips, MGMT, Tame Impala, Mercury Rev, Sleater-Kinney), quien aportó una conciencia ajena al jazz al propio acto de creación de McCaslin. El resultado final, sorprendente, fue relatado por la revista de jazz Jazzwise con las siguientes palabras …una grabación de estudio excepcionalmente contundente, directa y que une orgánicamente elementos de la electrónica, el post-rock y el jazz, quizá de una manera más persuasiva que cualquier otra anterior. Otro golpe en la revolución mental de McCaslin. Parece que hay nueva música justo a la vuelta de la esquina, recalcando la insurgencia de la que aún está por venir.

Y cada noche, tras los conciertos, jam session en el bar del Teatro Central

Día 6 y sesiones de tarde entre conciertos de los días 7 y 8 jam abierta.

Días 7, 8 y 9 apertura nocturna a cargo de Óscar Rifbjerg Trío.

En este fabuloso trío se concitan la energía de la juventud y la sosegada  madurez de la veteranía. Se imbrican las virtudes de ambos estadios, que en ocasiones se funden, ofreciendo un directo lleno de contrastes para no dejar de sorprender al oyente. Tras una larga trayectoria, sus integrantes, todos participantes inquietos de la escena musical de la ciudad de Sevilla, vuelven a reunirse. En esta ocasión configuran el trío base de las ya clásicas Jam Session del Ciclo de Jazz en Noviembre en el Teatro Central. Pese a la juventud de Rifbjerg, su formación y versatilidad en los diferentes lenguajes del jazz y otros géneros, hacen de él un pianista ideal para recibir e interactuar junto a artistas muy diversos. Los veteranos Megina y Calleja, curtidos en el amistoso encuentro entre artistas locales y músicos que acuden a las tablas del teatro, propician y aseguran unas sesiones llenas de frescura, donde la comunicación y la mutua influencia entre foráneos y locales llenan las noches de emociones en torno al universal lenguaje de la música viva.

ÓSCAR A. RIFBJERG piano MANUEL CALLEJA contrabajo NACHO MEGINA batería

DONNY MCCASLIN QUARTET

JASON LINDNER, teclados TIM LEFEBVRE, contrabajo ZACH DANZIGER, batería DONNY MCCASLIN, saxo