Sonia Miranda
Estilo: Flamenco/Copla
Su infancia a las orillas del Guadalquivir, en las marismas, había de dejar una huella indeleble en esta mujer que creció con una inclinación especial hacia la música. Esto, y su propio carácter, extremadamente tímido, la alejaron en principio del flamenco, pues hasta tal punto le rendía veneración y respeto que no se sentía capaz de cantarlo con la dignidad que ella creía indispensable hacerlo.
No sabía ella que esta actitud humilde, su afán de superación, sus ganas de aprender y su gran dignidad a la hora de hacer las cosas, la iban a llevar a donde está ahora, y aún menos, a donde puede llegar. Porque no es fácil en el mundo del flamenco ser humilde sin que las palabras suenen atipladas y falsas; conjugar tradición, escuelas e influencias con la impronta personal y estar orgulloso de ello, porque, al final, el flamenco es eso. En ella podemos captar la influencia de artistas de muy diferente corte y época, desde la Niña de los Peines o Chacón hasta otros en activo como Carmen Linares, Mayte Martín o José “el de la Tomasa” , pasando por Juan Varea, Caracol o Niño de Barbate... En definitiva , un caldo de cultivo ideal que la ayuda a desarrollar su propia personalidad alejada de arquetipos.
Es acreedora de numerosos e importantes premios conseguidos en concursos de diversa factura: su currículum cuenta, entre los más destacados, con el Melón de Plata del Concurso Nacional de Cante de LoFerro, en la edición 2001; la Silla de Plata del concurso de cante Silla de oro, celebrado en el barrio de La Fortuna de Leganés (Madrid), en la edición del año 2000; Premio absoluto al cantaor más completo en el Concurso Nacional de jóvenes flamencos en Calasparra en el año 2001; 1er. premio en el Concurso de Cartagena Santa Lucía en la modalidad de cantes de Granada y Málaga del año 2000; premio especial en el concurso de cante "Bajo Guía " en Sanlucar de Barrameda, en la modalidad de cantes de Sanlucar, en el año 2000; y ha sido finalista en las ediciones del 2001 y 2004 del prestigioso Concurso Nacional de Córdoba, en las categorías de "Camarón de la Isla" y de "Niña de los Peines".
Aunque ella considera mucho más importante para su formación y su desarrollo artístico las colaboraciones que ha podido realizar con artistas de la talla de Manuel Soler, Miguel A. Cortés, Rafael Campallo; e incluso las experiencias vivdas con aquellos compañeros que compartieron y siguen compartiendo afición, aprendizaje, e incluso los primeros pasos en el mundo del arte.
Su experiencia le ha reportado la sensación de ser una privilegiada porque puede dedicarse a lo que realmente constituye su mayor pasión. Le ha enseñado también que el camino no es de rosas, sino más bien que, parafraseando al poeta, no hay camino o que el camino no termina nunca, o que el mismo camino nos sirve a todos para ir cada cual como entienda que debe ir. Lo único importante es estar en ese camino, disfrutarlo y recorrerlo con calma, plenitud y austeridad.
Y a fe nuestra que lo está consiguiendo, porque Sonia no se deja seducir por lo fácil; es una cantaora completa en cuyo repertorio obran tanto los cantes más conocidos como toda una serie de cantes ya en desuso que la distinguen con un halo especial y hacen esperar de ella cosas con sabores muy de verdad. Con clara influencia de la escuela sevillana, resaltan sus interpretaciones por malagueñas, granaínas, tangos, soleá por bulerías y cantiñas.
Belmonte decía que “se canta como se es” y acertó en el caso de Sonia porque su cante, como ella, es un derroche de dulzura y sensibilidad; honesto, intimista y emocionante con una voz rica en matices y que huye de manifestaciones fingidas.
Estamos ante una cantaora que avanza despacito, con un ojo puesto en la tradición y el otro en su propio horizonte.
Su presente artístico es ya una realidad brillante.
Cabe esperar mucho de ella.