Escena en Sevilla

Quiénes somos y cómo nos conocimos

Comencemos con la pieza final del rompecabezas. Nuestro primer violinista, Sini, es un finlandés nómada y políglota, a menudo visto con una raqueta de tenis colgada del hombro y una caja de violín. La encontramos en Hannover, Alemania, donde estaba completando su título en solitario mientras estábamos estudiando para un Máster en Música de Cámara. Un día arrojó un mensaje de esperanza al ciberespacio indicando su deseo de tocar cuartetos de cuerda. Afortunadamente, aterrizó en nuestra cuenta de correo electrónico y el resto, como dicen ...

Charlotte y Daniel forman nuestras partes internas. Ella es una violinista vegana que puede atarse a nudos de nudos yóguicos. Es un segundo violinista amante de los filetes con rodillas poco fiables. Ella es francesa, criada en los Alpes. Es galés, criado a los pies de Ben Nevis. El primer amor de Charlotte es su gato siberiano Lancelot. Daniel es el Liverpool Football Club. Ella fue a la Real Academia de Música. Fue al Royal College of Music. Ella es pequeña. El no lo es. De lo contrario, son inseparables, nuestros Chaz y Daz, y lo han sido desde los primeros golpes de arco de los Castalianos en 2011.
Dos años antes, Daniel llegó a Londres para comenzar sus estudios en el Colegio. Un violonchelista local con acento pálido se compadeció de este tipo con los ojos abiertos del norte y se hizo amigo de él durante el almuerzo en el cercano Hyde Park. A su regreso de un curso de posgrado en Lugano, Chris se unió al cuarteto. Desde entonces ha estado abriendo nuestros apetitos con la magia culinaria y humedeciendo bloques de acuarela con paisajes de nuestros viajes.

Hoy, todos residimos en Londres, ensayamos en South Kensington y damos conciertos en todas partes, desde el Wigmore Hall hasta la prisión de Warren Hill, el Carnegie Hall y la selva tropical colombiana.

Es un viaje estar en un cuarteto de cuerda, y uno nos sentimos inmensamente afortunados de hacer juntos.

Nuestro nombre se deriva del manantial castaliano en la antigua ciudad de Delfos. Según la mitología griega, la ninfa Castalia se transformó en una fuente para evadir la búsqueda de Apolo, creando así una fuente de inspiración poética para todos los que beben de sus aguas. Herman Hesse eligió Castalia como el nombre de su utopía europea futurista en The Glass Bead Game. El protagonista de la novela, un castaliano llamado Knecht, es asesorado en esta tierra de pensamiento intelectual y educación por el venerable Music Master.